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Reseña: La dueña de la Santa


¿Quién no ha escuchado alguna vez la historia de la Virgen de Luján? ¿A quién no le hablaron cuando niño de los bueyes empacados, de la carreta detenida y de la imagen de la Virgen que eligió quedarse a orillas del río Luján?


En el Buen Ayre del siglo XVII, donde los rumores corren más rápidos que el viento, dicen los baqueanos que una estatuilla de Nuestra señora de la Pura y Limpia Concepción obligó a una yunta de bueyes a detenerse a orillas del río Luján. Aseguran que la poderosa imagen realiza milagros y cada día suma nuevos fieles seguidores.


Así comienza la sinopsis que reza la contratapa de la nueva novela de Mariana Guarinoni: “La dueña de la Santa”. En mi opinión, basta leer este párrafo y asociarlo al título de la obra para picar la curiosidad del lector. ¿Acaso la imagen de la Virgen que preside hoy la basílica de Luján alguna vez tuvo dueña? ¿Cómo pasó, si todo lo que se sabe es que la estatuilla quiso bajarse del carro y quedarse en el llano? ¿Quién fue la mujer que compró a la milagrosa Santa? Para encontrar estas y muchas otras respuestas, tendrán que hacer lo que yo: ¡leer esta hermosa novela!


Pero como a mí me gusta recomendar buena lectura, aquí va la reseña.


Mariana Guarinoni vuelve al ruedo con otra novela histórica cuyos protagonistas existieron en el Buen Ayre del siglo XVII. Esta vez se trata de doña Ana de Matos y Encinas, una niña de apenas quince años que casan con un hombre mucho mayor - tal como se acostumbraba en la época - y don Tomás Rojas y Acevedo, hijo de un acaudalado comerciante que amasó su fortuna a partir del contrabando. El primer y gran escollo en esta incipiente historia de amor - que Guarinoni nos describe con excelso romanticismo - es ese: Ana no es libre, le pertenece al marido, un hombre cruel que la somete hasta el ultraje. El segundo obstáculo: Tomás es hijo de una amiga de Ana y diez años menor que ella. El panorama no es para nada halagüeño en una sociedad cuyo emblema es guardar las apariencias a como dé lugar.


En pocas palabras, quiero dejar en claro que en esta novela, además de Historia encontrarán romance, tal como la autora nos tiene acostumbrados. Pero además hallarán personajes secundarios a partir de los cuales Mariana Guarinoni retrata una época difícil para la mujer, ya sea esclava o libre, rica o pobre, negra o blanca, joven o adulta. Amores y desamores se enfrentan a la doble moral de una sociedad en la que priman desigualdades de todo tipo.


Pero esto no es todo: entretejen la novela los hilos dorados de los milagros adjudicados a la humilde imagen de Nuestra Señora de la Limpia y Pura Concepción, hoy mejor conocida como la Virgen de Luján. Amé saber cómo llegó esa imagen a orillas de ese río; quién la cuidó los primeros años en la ermita; cuáles fueron esos milagros por los que la gente se acercó a venerarla y agradecerle; por qué fue vendida a doña Ana de Matos y Encinas, la pecadora que buscó redimirse a través de su entrañable advocación; quién y por qué razón le colocó el manto celeste con el que la vemos hoy día.


Un trabajo de investigación impecable por parte de la autora, una narración fluida y muy cuidada, una historia original con todos los condimentos necesarios para mantener atrapado al lector. Sé que llego tarde a la recomendación, puesto que “La dueña de la Santa” ha sido recomendada desde su primera lectura, pero a los buenos libros uno se los guarda en el corazón y de cada latido suenan campanas.

¡Mis felicitaciones a Mariana! Hermosa novela.


Hasta la próxima!


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