La sombra del viento
- Silvana Serrano
- 14 ago 2015
- 3 Min. de lectura

Reseñar un libro es contar de qué trata y qué opinión nos merece, tanto el argumento como la manera en que su autor lo pone de manifiesto haciendo uso de su particular pluma. Por lo tanto, ya sea en forma escrita u oral, todos los lectores somos capaces de reseñar, de contarle al otro lo que nos dejó tal o cual libro, si nos atrapó desde la primera línea, si se nos hizo cuesta arriba, si lo recomendaríamos o no a otros lectores, y qué opinión nos merece el autor.
Hace tiempo leo en distintos foros de lectura opiniones acerca de esta novela de Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento, primera parte de la saga “El cementerio de los libros olvidados”. Sé que se trata de tres novelas autoconclusivas, es decir, historias que empiezan y terminan, y que, por ende, no hace falta leer la saga completa para quedar satisfechos. Los comentarios entusiastas, tanto de la obra como del autor, me exhortaron a sumarlo a mi lista de pendientes.
¡Lamento haber tardado tanto en leer esta obra!
Esta reseña corresponde a la primera entrega de la saga: La sombra del viento. La historia comienza cuando Daniel Sempere, un niño de diez años, es llevado por su padre a un lugar que pocos conocen: el cementerio de los libros olvidados. Según le cuentan a Daniel, a este misterioso recinto van a parar los libros que la gente ya no lee, obras que componen una maravillosa y secretísima biblioteca en el corazón de la ciudad vieja de Barcelona. Entre tantos tomos, el niño se sentirá atraído por un libro en particular; el guardián del cementerio, el viejo Isaac, le asegura que la elección que cree haber hecho no es tal, ya que es el libro quien elije al lector y no al revés.
A Daniel le tomará una noche leer la novela de un tal Julián Carax, escritor del cual nunca ha oído hablar a pesar de ser hijo de un librero. La sombra del viento lo cautiva con la misma intensidad que el talento de su autor. Tanto es así, que se propone buscar más obras de Carax y este anhelo será la punta de una misteriosa madeja que se irá desenrollando poco a poco, a medida que Daniel va creciendo.
Debo admitir que me sentí tan cautivada por esta obra como nuestro protagonista. Es una novela que toca varios subgéneros: histórico, de misterio, intriga y romance. No faltan personajes que la conviertan, por momentos, en una comedia exquisita donde la ironía y el costumbrismo de la época le den un paréntesis a la tragedia. Y hablando de personajes, no puedo dejar de admirar la pericia con que Ruiz Zafón los construye para que se metan, decididamente, en el corazón del lector. En pocas palabras: los amé. A cada uno de ellos, con sus virtudes y defectos, por el realismo que los sostiene, porque los héroes de esta historia son personas de carne y hueso, que ríen y lloran, algunas veces valientes, otras cobardes.
La narración no tiene desperdicio, aunque abundan descripciones que parecen detener la historia. Ruiz Zafón llenó de citas mi cuaderno. Una prosa poética distinguida, diálogos creíbles y entretenidos, precisión a la hora de cerrar cada uno de los detalles que va sembrando a lo largo de toda la novela.
¿Qué más les puedo decir? ¡No pierdan tiempo! Si todavía no leyeron La sombra del viento, mi consejo es que lo hagan. Estoy segura que no se van a arrepentir. Yo seguiré con “El juego del ángel” y “El prisionero del cielo”, últimas dos partes de la saga. Dicen que viene una cuarta… Me presto gustosa al misterio.
Hasta la próxima!
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